A pesar de su abundancia hídrica, Colombia es vulnerable a la crisis mundial del agua, lo que pone en riesgo sectores clave como el agrícola y energético. Se requiere un enfoque multisectorial, con inversiones en infraestructura, prácticas sostenibles y protección de ecosistemas. Además, es fundamental implementar políticas públicas que fomenten la gestión sostenible del agua y la coordinación institucional.