Resumen
La Mojana es una región mágica, origen del universo fantástico de Macondo, con una enorme tradición cultural que se remonta a la cultura Zenú que durante siglos convivieron con el agua desarrollando el sistema productivo más eficiente y sostenible que se haya conocido en Colombia. Es urgente recuperar la Eco región de la depredación que origina la minería de oro en el Bajo Cauca y el Nordeste antioqueño y del deterioro ambiental de la cuenca Magdalena-Cauca, en el marco de la gran transformación de ordenar el territorio alrededor del agua, contemplada en el Plan Nacional de Desarrollo, Colombia Potencia Mundial de la vida 2022-2026. La suerte de La Mojana es un problema central de la nación y sus abnegados y creativos habitantes merecen una segunda oportunidad sobre la tierra. Este trabajo aboga por ello.
Introducción
La principal transformación del Plan Nacional de Desarrollo, Colombia 2022-2026, es, sin duda, la de ordenar el territorio alrededor del agua, con la potencialidad de transformar a Colombia, con una visión de mediano y largo plazo, en una Potencia Mundial de la Vida, al unísono con garantizar la seguridad alimentaria nacional y el propósito indeclinable de volver a sembrar, para apalancar la reindustrialización en una economía pensada alrededor del sol, el viento y el agua.
En este sentido, el principal teatro de operaciones de esta transformación irrenunciable es la degradada cuenca hidrográfica Magdalena-Cauca –que representa el 24 % de la superficie del país, abarca 19 departamentos y 724 municipios, en la que habita el 80 % de la población colombiana y se produce el 80 % del PIB, el 70 % de la energía hidráulica, el 95 % de la termoelectricidad, el 70 % de la producción agrícola, el 50 % de la pesca de agua dulce (Rodríguez, 2015, p.20)–, la cual ameritaría un Plan Nacional de Desarrollo específico. En esa cuenca se ubica la Depresión Momposina, uno de los sistemas de humedales más grandes del mundo, que por disposición de la herencia geológica de la tierra está en constante movimiento. Allí se encuentra La Mojana.
Parafraseando a Wade Davis, en su maravilloso libro, Magdalena. Historias de Colombia (2020), transformar la cuenca Magdalena-Cauca es transformar La Mojana, y a toda Colombia. La Mojana es una síntesis del país, con sus enormes problemas y sus formidables potencialidades.
Por distintas causas, las acciones gubernamentales en la ecorregión no han dado los resultados esperados, y La Mojana, más en concreto el sector de Cara de Gato, permanece inundada desde agosto de 2021, es decir, hace dos años:
La situación actual de pobreza, deterioro ambiental y recurrencia de desastres en La Mojana denota que las intervenciones han tenido una limitada capacidad para fomentar el desarrollo resiliente, sostenible, productivo y competitivo, ya que no han contemplado los conflictos socio ambientales, la gestión integral del riesgo, la armonía de las prácticas productivas con los ecosistemas de la región, el desarrollo planificado con visión de cuenca hidrográfica, la vulnerabilidad física y social de los asentamientos humanos, y los efectos de la variabilidad climática incrementados por el cambio climático. Como resultado, las inversiones no han sido sostenibles en el tiempo, han sido ineficientes en reducir el riesgo, y no han ocasionado mejoras en la calidad de vida y en el desarrollo económico de la región (Documento Conpes 4084, mayo de 2022, p. 3).
Desde el Departamento Nacional de Planeación, este trabajo busca articular las acciones de política y las intervenciones de las entidades del Estado en La Mojana para atender la coyuntura de Cara de Gato, así como las acciones de corto y mediano plazo que restablezcan las condiciones de sostenibilidad ambiental en la región de La Mojana y abran a sus habitantes vías de progreso que aprovechen su más grande riqueza: el agua.
De la manera de abordar el problema de Cara de Gato, –que carezca de sesgos y que la evidencia científica y la información precisa determinen las decisiones de qué hacer en La Mojana– depende la suerte de esta hermosa y promisoria región en el largo plazo. Es decir, de que no reproduzca los errores del pasado que han postrado a la región, o de que las nuevas intervenciones reflejen una concepción holística o integral –con toda su complejidad– acorde con la naturaleza y los ciclos de los flujos de agua, para que las inversiones del Estado puedan ser eficientes y ayuden a resolver sus enormes problemas.
La Mojana es lo que es por sus aguas. Tanto en su tragedia de hoy, por la mala gestión del recurso hídrico, como en adelante, por su enorme potencial en tiempos en que el planeta arde literalmente (El Tiempo, 30 de julio de 2023), ante la entropía que genera la actividad humana. El modelo extractivista ha exacerbado la intervención del territorio, a tal punto que este se vuelve rápidamente insostenible (Guhl, 2023).
Este trabajo busca animar una conversación amplia y plural entre los distintos puntos de vista, que lleve a una síntesis ilustrada de los problemas sociales, económicos y ambientales de la Mojana a fin de devolverle su relativo esplendor, considerando su rica tradición cultural y que es “una región gigantesca y misteriosa, más llena de agua que de tierra, habitada por garzas que llegan por las tardes y fantasmas que salen de noche” (Gossaín, 2013)...
Si desea leer el artículo completo, puede hacerlo descargando el documento de la Edición No 2 de Planeación y Desarrollo.
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